lunes, 13 de enero de 2014

Eugenio María de Hostos en Autografo.tv

Hostos, inmortal en su huella literaria


Hostos
Esta semana Autógrafo rinde tributo a quien es uno de los grandes próceres puertorriqueños: Eugenio María de Hostos, cuyo natalicio se celebra el 11 de enero.
Este cimero intelectual mayagüezano –nacido en 1839- se ha convertido en uno de nuestros grandes íconos patrios, no solo debido a su estatura como educador, sociólogo y filósofo, sino también en virtud de su enorme afán por lograr la independencia de Puerto Rico. Una gesta que cinceló mientras dejaba otra huella imborrable a través de su extraordinaria obra literaria.
EMH
“La razón no tiene sexo”, exclamó Eugenio María de Hostos.
Hostos era apenas un joven de 24 años cuando sus inquietudes políticas gestaron su primera novela,“La peregrinación de Bayoán”, en la que el prócer plasmó su visión de la injustificable condición colonial que España mantenía en Puerto Rico y en Cuba.
A esta obra –publicada en 1863- siguieron, en 1866, “Las doctrinas y los hombres”; el ensayo“Romeo y Julieta” (1867); “Juicio crítico de Hamlet” (1873); “Tratado de sociología” (1883);“Lecciones de derecho constitucional” (1887), y“Moral social” (1888).
Durante la última década del siglo 19 vieron la luz sus obras “Ensayo sobre la Historia de la lengua castellana y la Historia de la civilización antigua”(1894); “Geografía evolutiva” y “Cartas Públicas acerca de Cuba” (1896); y en 1899, “El caso de Puerto Rico”.
Asimismo, Hostos escribió para sus hijos los cuentos: “El barco de papel”“La primera oración”, “Mai-lla”“El primer acceso”, “La recaída” y “La beata”. En 1940 el Gobierno de Puerto Rico recopiló las obras de Hostos y fueron publicadas en una edición llamada “Obras Completas”.
Este hombre extraordinario se consagró como uno de los grandes humanistas del siglo 19 gracias a la obra titulada –precisamente- “Tratado Moral”, y también ha pasado a la historia como uno de los grandes defensores de la mujer, como lo constata su obra“Educación Científica de la Mujer”.
Hostos defendió que la educación de la mujer debía ser amplia, no limitada a la religión y las tareas domésticas. En su obra, Hostos señala:
“Edúcala y enséñale a difundir los principios eternos de la ciencia y en cada labio tendrás palabras de verdad. Enséñale la verdad y habrá una generación que haga el bien, dale a la mujer la oportunidad de enseñar científicamente a sus hijos y ellos te darán una patria que obedezca virilmente a la razón”.
Hostos falleció en Santo Domingo, República Dominicana, el 11 de agosto de 1903.
Acompáñanos a ver el Autógrafo de Eugenio María de Hostos, “Ciudadano de América”.